El Stadium, fundado a mediados de la década de los años diez, era el equipo "popular". Jugaba en el campo de Maniobras, hasta que en 1924 se trasladó al campo de Vetusta. Vestía con camiseta a franjas verticales amarillas y negras (conocidas como sacaberas) y pantalón negro. Se proclamó Campeón de Asturias en la temporada 1924/25 derrotando al Sporting de Gijón.
El Deportivo (surgido de una escisión del Real Stadium) fue fundado en abril de 1919. Era conocido popularmente como "la Sportiva" y considerado el equipo de la clase social más alta del Oviedo de los años veinte. Tras compartir campo con su rival al principio, pronto pasó a jugar en uno propio, el campo de Teatinos, claro ejemplo de su mayor poder económico. Su indumentaria habitual alternaba la camiseta blanca con la de rayas verticales azules y blancas, con el pantalón negro.
El 26 de marzo de 1926 se celebró la reunión que acordó la fusión de ambos equipos decidiéndose que el azul fuese el color de las camisetas de la entidad (el color de la ciudad), que el escudo tendría que llevar la imagen de la Cruz de los Ángeles y que Don Carlos Tartiere fuese el primer presidente, entre otros acuerdos.
El Real Oviedo disputó su primer partido el 1 de mayo de 1926 frente al Arenas de Guecho, uno de los equipos más potentes de la época (había sido finalista del Campeonato de Copa en 1925), perdiendo por 6 a 4. El primer gol de la historia del club fue marcado por Justo. Al día siguiente volvieron a enfrentarse y en esta ocasión el resultado fue de 2 a 1 favorable a los oviedistas.
Arrebató al Sporting de Gijón el dominio que éste tenía en Asturias (el campeonato regional era la principal competición junto a la Copa de España), proclamándose Campeón de Asturias casi siempre (resultó vencedor de siete de los diez campeonatos que disputó) hasta que se dejó de disputar el campeonato tras la guerra.
El campeonato nacional de Liga en España no comenzó a disputarse hasta la temporada 1928/29. El Real Oviedo quedó encuadrado en la Segunda División tras perder una eliminatoria por una plaza en Primera contra el Betis (1 a 0 en la prórroga).
El objetivo del club desde su nacimiento era la Primera División y por ello se realizaron fichajes importantes desde el principio, desembolsando cantidades más que respetables en aquellos tiempos: Gallart, Tonijuán, Isidro Lángara (que se convertiría en uno de los mejores artilleros del fútbol mundial del momento) o, ya para debutar en la máxima categoría, Herrerita.
El debut en División de Honor se produjo en el Estadio de Buenavista, inaugurado el 24 de abril de 1932 con un partido entre las selecciones de España y Yugoslavia, con victoria de España por dos goles a uno. Fue Lángara quien inauguró el marcador del Estadio con un gol en el minuto 20.
Poco después llegaría el ascenso frente al At. Madrid y el 5 de noviembre de 1933 el jugador del Barcelona Vantolrá marcaría a los 6 minutos el primer gol que en partido de Primera División se vería en Buenavista. Ese día el Real Oviedo comenzaría a escribir páginas gloriosas en su historia y en la del fútbol español venciendo al Barcelona por 7 a 3. Gallart había hecho a los 17 minutos de partido el primer gol oviedista en primera división, que suponía colocar el 1 a 2 en el marcador, ya que Vantolrá había anotado por partida doble.
Era la época de la "delantera eléctrica": Casuco, Gallart, Lángara, Herrerita y Emilín. Lograron en los 62 partidos de liga de esas tres primeras temporadas nada menos que 174 goles. Hay que decir que ésta fue la segunda "eléctrica" de las tres que hubo: Casuco, Gallart, Lángara, Galé e Inciarte conformaron la primera, la que logró el ascenso, y Antón, Goyín, Echevarría, Herrerita y Emilín, la tercera, ya tras la guerra civil.
Pero la Guerra Civil, con la consiguiente suspensión del campeonato, truncó de pleno el camino de un equipo llamado a alcanzar cotas importantes. En la temporada 1939/40 se recupera la celebración del campeonato liguero y al Real Oviedo se le concede una dispensa especial reservándole la plaza y no compitiendo ese año, ante la situación de la ciudad tras la contienda y el estado ruinoso que presentaba el campo. A cambio, el club tuvo que ceder a sus jugadores a otros equipos:
Herrerita, Emilín y Riera se fueron al Barcelona; Gallart y Calichi, al Racing del Ferrol; Antón y Soladrero, al R. Zaragoza; Pena, al Sporting, etc. Pese a su vuelta, ya nada sería igual en la temporada 40/41. Aunque los cedidos regresaron, Lángara estaba en Argentina (no volvería hasta 1946) y la guerra había provocado importantes bajas.
Pese a ello, la década de los 40 transcurre más que aceptablemente, con el equipo en primera, incluso con brillantez -aunque sin alcanzar el nivel de la década anterior- hasta que coincidiendo con el fallecimiento de Don Carlos Tartiere llega el primer descenso, en 1950.
Comienza una larga travesía de más de 35 años en los cuales el Real Oviedo se convierte en lo que futbolísticamente se conoce como un equipo "ascensor" y muy irregular en el panorama futbolístico español. Junto con algún que otro importante éxito, como el de la temporada 1962/63, en la que se clasifica, por tercera vez en su historia, 3º en Primera División, conviven las decepciones.
Un hito importante en la estructura del Real Oviedo se produce en 1954: el campo es vendido al Ayuntamiento, adquiriendo éste el compromiso de asegurarle al club de por vida un escenario digno donde disputar sus partidos. Desde 1958 pasa a denominarse Estadio Carlos Tartiere, en homenaje al que fuera el alma máter de la sociedad desde su nacimiento.
El que hasta el momento es el único título oficial que figura en las vitrinas del club, se consigue en la temporada 1984/85 al proclamarse vencedor de la Copa de la Liga de Segunda División (torneo de efímera duración del que sólo se disputaron cuatro ediciones).
A finales de los años 80, la entidad vive un renacer volviendo a Primera División después de doce largos años (tras incluso sufrir un doloroso paso por la Segunda División B en los 70) y el 19 de septiembre de 1991 debuta en una competición europea venciendo al Genoa italiano por 1-0 (gol de Bango), en partido de ida de 1/32 de final de la Copa de la U.E.F.A.
En 1992, cumpliendo con la obligación marcada por la Ley del Deporte, el Real Oviedo Club de Fútbol se convierte en Sociedad Anónima Deportiva, con un capital social de 605 millones de ptas.
El 20 de septiembre de 2000 se inaugura oficialmente el Nuevo Estadio Carlos Tartiere con un partido entre el Real Oviedo y el Partizán de Belgrado (0-2). Tres días antes, el jugador de la U.D. Las Palmas Robert Jarni había logrado de penalty el primer gol en partido oficial disputado. Losada hizo el primer gol oviedista en este estadio, concluyendo el partido 2-2.
Coincidiendo con la conmemoración del 75º aniversario de la fundación del club, en el año 2001 se pone fin al más largo periodo continuado en Primera División (trece temporadas) con un descenso que haría que el club azul viviese en sus propias carnes los problemas económicos generalizados en el mundo del fútbol, hasta el punto de surgir el riesgo de desaparición. Unos años convulsos que culminaron con un descenso deportivo a la Segunda División B y uno administrativo inmediatamente después a Tercera por la negativa de los jugadores a retirar las denuncias interpuestas por falta de pago de sus emolumentos.
Dos temporadas en Tercera división, conociendo los barrizales del fútbol aficionado, llevaron consigo también el éxito en un proceso de suspensión de pagos que alivió la economía del Club. Y sobre todo, se vio el apoyo masivo de la afición al Real Oviedo, pulverizando records de asistencia a partidos de Tercera División (casi 30.000 espectadores en el partido en que se consiguió el ascenso a Segunda B) y también en número de socios (cerca de 11.000 en la primera temporada en Tercera y 12.600 en la segunda). Además, un apoyo total realizando cualquier tipo de trabajo que fuese necesario.
Tras el ascenso a Segunda División B, el conjunto azul militó durante dos temporadas en la categoría de bronce del fútbol español. En la primera de ellas, el Real Oviedo finalizó la competición en séptima posición. Los oviedistas realizaron una campaña muy irregular, hecho que produjo, en el mes de Febrero, el relevo de Antonio Rivas por Antonio Velázquez en el banquillo azul.
En la siguiente temporada, la plantilla dio un giro radical y se optó por fichar a jugadores contratados de la categoría, factor que no se tradujo en resultados y los azules consumaron el descenso deportivo a Tercera División a falta de dos jornadas para la conclusión de la competición liguera.
La temporada resultó nefasta para el Real Oviedo, conjunto que vivió un cambio de Consejo de Administración en pleno mes de enero y que tuvo tres presidentes y tres entrenadores a lo largo de la temporada. A todo ello hay que añadirle la confección de una plantilla corta de efectivos que mermó las esperanzas y objetivos del equipo.
Sin duda alguna, demasiadas adversidades para un equipo que acabó descendiendo deportivamente por primera vez en su historia a Tercera División.
Tras dos temporadas en tercera división el Real Oviedo consiguió la estabilidad necesaria, que había sido perdida desde el año 2003, comenzando una escalada de ascensos. El primero de ellos en Mallorca tras una agónica tanda de penaltis en el que Aulestia fue la estrella, el próximo quizá sea este mismo año.
¡Volveremos!
Fuente: ROCF
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