El Real Oviedo logra un punto ante el Athletic Club “B” y suma su cuarto encuentro invicto
Athletic Club, 0; Real Oviedo, 0
ALINEACIONES:
Athletic Club B: Aitor; Eneko Bóveda, Saborit, Ekiza, Santamaría; Quintanilla, Lander (Eraso, min. 60); Imanol, Goñi, Miñes (Median, min. 79); y Etxaniz (Reguero, min. 86).
Real Oviedo: Aulestia; Víctor Díaz, López Ramos, Negredo, Juanma; Jandro (Xavi moré, min. 79), Falcón, Marc Castells (Jorge Rodríguez, min. 84), Manu Busto; Miguel (Rubiato, min. 72) y Perona.
ÁRBITRO:
Gómez González, perteneciente al comité castellano-leonés. Amonestó a los locales Lander, Miñes y Eraso, y al oviedista Negredo.
INCIDENCIAS:
Encuentro correspondiente a la novena jornada del campeonato de Segunda B, disputado en el campo número 2 de las instalaciones de Lezama, que registró una buena entrada. Césped en buen estado. Presencia de seguidores azules en las gradas. Los consejeros Ataulfo Valdés y José Costas acudieron en representación del Consejo de Administración. El ex entrenador oviedista Javier Irureta, actualmente en el club bilbaíno, siguió el partido desde la grada. El centrocampista Nano fue el jugador que Pichi Lucas descartó en los prolegómenos del partido.
El Real Oviedo empató sin goles ante el Athletic Club “B” y suma su cuarto partido invicto. Los de Pichi Lucas se mostraron muy ordenados en todas sus líneas y disfrutaron de ocasiones para llevarse los tres puntos, especialmente con un cabezazo de Rubiato y con una internada de Manu Busto que Jandro no llegó a rematar por muy poco. Por el contrario, el local Mentxaka estrelló un balón en el poste en el minuto 92.
El técnico oviedista únicamente introdujo dos novedades respecto al once inicial que se enfrentó el pasado domingo al Peña Sport. El centrocampista Marc Castells sustituyó al sancionado Aitor Sanz en el doble pivote, mientras que el delantero Miguel vio correspondida su buena actuación ante el conjunto navarro, con participaciones en los tres últimos goles locales, y ocupó la plaza de Rubiato, que el pasado miércoles abandonó el entrenamiento con un problema muscular.
El Real Oviedo saltó al césped de Lezama sabedor de que se iba a enfrentar a un filial atípico, tal y como ya adelantaron los jugadores de Pichi Lucas durante la semana. Los rojiblancos mostraban sus credenciales de conjunto muy sólido en sus líneas, tratando siempre de jugar el balón y no rehuyendo del juego físico cuando hubiese que emplearlo.
Enfrente estaba el equipo carbayón, que jugó muy ordenado y con continuos apoyos en tareas defensivas de los dos medio centros, Marc Castells y Falcón, que evitaron que el guardameta Aulestia, con pasado en el filial bilbaíno, tuviera que emplearse a fondo, salvo en un disparo raso del hábil extremo derecho Imanol en el minuto 37. Hasta ese momento, los discípulos de Luis de La Fuente únicamente lo habían intentado con sendos golpeos altos de Lander y Etxaniz.
En el apartado ofensivo, los azules fueron de menos a más. Al principio les costaba enlazar jugadas de ataque, pero con el paso de los minutos fueron estirando sus líneas hasta llegar a finalizar el primer periodo en campo contrario.
Los centrocampistas trataban de jugar el balón y buscaban a la dupla delantera: Perona y Miguel. El primero creó problemas con su movilidad, mientras la envergadura del segundo ofreció muchas opciones a los de Pichi Lucas. El de Llanera, que regresaba a la titularidad después de siete jornadas, fue uno de los más activos y fue objeto de numerosas faltas por parte de los zagueros locales, entre los que se encontraba Eneko Boveda, que, junto al delantero Goñi, ya sabe lo que es disfrutar de minutos en Primera División.
Los carbayones estuvieron a punto de adelantarse en el marcador en el minuto 29, pero Miguel no llegó por muy poco a robarle el balón al guardameta Aitor, que acabó despejando en largo. Además, Manu Busto reclamó penalti tras un forcejeo con el anteriormente citado Eneko Boveda, y en otra jugada chutó desde la frontal del área con mucha intención, obligando al portero local a despejar a saque de esquina, aunque el colegiado no decretó tal acción.
Tras el paso por los vestuarios, los azules salieron decididos a volcarse en el juego ofensivo e intentar sumar su segunda victoria consecutiva. Buscaban las acciones por los costados y en una de ellas llegó la primera ocasión de peligro del segundo periodo. Miguel “peinó” un balón en el costado derecho y Manu Busto, cambiado de banda, ganó la línea de fondo para centrar raso al interior del área, donde Jandro no remató por muy poco.
Los de Pichi Lucas presionaban en campo contrario con el objetivo de arrebatarle pronto a los bilbaínos, que muchas veces optaban por buscar en largo a su delantero Etxaniz, que se mostró muy correoso. El citado ariete aprovechó un balón en profundidad para encarar a Juanma, que despejó a saque de esquina. Pocos minutos después, y en una jugada similar, Mentxaka llegó a línea de fondo y centró raso al punto de penalti para la llegada de sus compañeros, pero Negredo despejó “in extremis” a saque de esquina, que se botó sin consecuencias.
El preparador Pichi Lucas movió su banquillo y dio entrada a Rubiato y Xavi Moré en detrimento de Miguel y Jandro. En una de sus primeras intervenciones, el delantero madrileño cabeceó una asistencia de Manu Busto y el guardameta Aitor atajó sin problemas. Esta ocasión fue el preámbulo de dos acciones ofensivas en las que el principal protagonista fue el otro jugador que había salido de refresco. En el minuto 80, Xavi Moré chutó desviado desde la frontal del área, y 6 después asistió a la frontal del área para la llegada de Perona, que remató alto.
En los instantes finales, los locales disfrutaron de sus ocasiones más claras del partido. En el 87, el central Ekiza cabeceó dentro del área una acción a balón parado, pero Aulestia hizo gala de sus buenos reflejos y atrapó el esférico. 3 minutos después, el guardameta de Ondarroa detuvo un golpeo lejano de Goñi, y en el 92, Mentxaka culminó una acción individual estrellando un balón en el poste izquierdo de la portería.
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