«A partir de ese momento, Alejandro Burillo y Miguel Ángel Couchonnal perdieron la confianza en él»
Para José Antonio García Rodríguez (México DF, 3 de marzo de 1962), ayer empezó la cuenta atrás en el nuevo intento de hacerse con el Oviedo. Descartada la opción del Grupo Pegaso, el empresario mexicano de ascendencia asturiana ya mueve sus hilos para buscar otros inversores con los que presentar una oferta a Alberto González. Fríamente, Toño García admite que no era el momento para hacer la operación. Con el corazón azul en la mano, se rebeló contra todo hasta que no hubo remedio.
Toño García atiende la llamada de LA NUEVA ESPAÑA a las puertas del restaurante en el que se disponía a comer con Alberto González, una de las numerosas reuniones que han mantenido en el último mes con el empresario asturiano. García esperaba poner las bases de una nueva negociación para la compra de las acciones de González, que vuelve hoy a Asturias y tiene previsto ofrecer una rueda de prensa esta tarde en Oviedo.
Según José Antonio García, ya tiene el compromiso del dueño del Veracruz, Mohamed Morales, para hacerse con la mayoría accionarial del Oviedo. Morales es un conocido empresario mexicano que situó al Veracruz entre los grandes del campeonato con una inversión de diez millones de dólares en jugadores, y que está interesado en reflotar un club como el Oviedo.
Toño García cree que, con la ayuda de Morales y de otros empresarios que se han puesto en contacto con él en las últimas horas, al final de esta temporada puede hacerse realidad su sueño y el de su padre, David García, ferviente oviedista. «Pero hay que ser prudentes. Esta vez no diré nada hasta que esté todo hecho», explica García en referencia a las falsas expectativas que se crearon varias veces durante las recientes negociaciones:_«Hablé en el Twitter de descorchar sidra y tequila porque sentía muy cerca la firma».
La pasión del dirigente del Atlante chocó con los datos que llegaban a las oficinas del Grupo Pegaso y con algún detalle de las negociaciones. ¿Resultó decisivo para la ruptura que Alberto González ocultase la pignoración de las acciones? «Sí», responde sin titubeos Toño García. «A partir de ese momento, Alejandro Burillo y Miguel Ángel Couchonnal perdieron la confianza en Alberto. El problema es que para Pegaso las acciones del Oviedo no valen nada».
Aun entendiendo las razones empresariales, José Antonio García recuerda que se trata de fútbol y de sentimientos: «Esto no es sólo una cuestión de dinero. El fútbol me ha dado muchas satisfacciones, como salir campeón con el Atlante o jugar el Mundial de clubes. Incluso ver cómo un jugador al que saqué de Segunda División llega a la selección. Alberto tampoco vive y siente el fútbol como yo, pero no quiero molestarme con él».
Si hace falta, Toño García también introduce cuestiones tangibles: «Aquí no saben todo lo que hay detrás del Oviedo, las instalaciones, el histórico, la afición. Este equipo vale más en Segunda B que otros en Primera. Por eso digo muy alto que, al margen de mi vinculación sentimental, el Oviedo es un buen proyecto y puede ser un buen negocio. Lo que está claro es que si el equipo estuviera ya en Segunda División, no estaría en venta».
Toño García ya ha presentado a Mohamed Morales y Alberto González y espera sentar las bases de una nueva negociación, que podría consumarse en mayo, cuando el primer equipo acabe la competición. Para entonces, García espera tener un informe detallado de la situación económica del club y que Alberto González libere las cargas que pesan sobre las acciones. También confía en haber iniciado contactos con representantes de las instituciones, como el Principado y el Ayuntamiento de Oviedo, para dar paso a una nueva etapa en la historia del club azul.
Fuente: Real Oviedo SAD
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