Juanma se entrenó con una máscara para proteger la nariz.
El estreno de Pacheta en el banquillo y la victoria ante el Éibar han marcado la actualidad del Oviedo en los últimos días, dejando de lado el distinto papel que, de una manera bien distinta, están protagonizando dos jugadores de la plantilla azul, Nano y Manu Busto, en este momento la cara y la cruz del equipo.La cara es para el gaditano Nano, que se ha hecho de nuevo con un hueco en el once inicial. El centrocampista ha sido titular en los últimos cinco partidos de Liga, una circunstancia al alcance de muy pocos, ya que sólo Aulestia la comparte, mientras que la cruz es para Manu Busto, que ante el Éibar se perdió, por primera vez desde que llegó al Oviedo, un partido sin que mediase de por medio una lesión o sanción.
Nano llegó esta temporada al Oviedo procedente del Cádiz, con el que la pasada temporada disputó 26 partidos en Segunda División, anotando 3 goles, una categoría que ya conocía tras militar en el Nàstic en la temporada 2005-2006, con el que ascendió a Primera División. Además, el gaditano logró dos ascensos a Segunda, con el Córdoba (2006-07) y el Cartagena (2008-09).
Sin embargo, el buen «cartel» del que venía precedido no tuvo su reflejo en sus primeros partidos con el Oviedo. El jugador comenzó siendo titular con Pichi Lucas. Fue titular en cuatro de los primeros cinco partidos, pero luego desapareció del once. En la sexta jornada, ante el Sporting B, Nano viajó a Gijón, pero Pichi Lucas prefirió dar la oportunidad al joven Jony, que jugó los últimos 12 minutos del partido –su única aparición hasta ahora en el primer equipo–, mientras Nano se quedaba en la grada, algo que también experimentó en el partido siguiente, ante el Éibar. Nano regresó a la titularidad seis partidos después, ante el Lemona, encuentro que supuso la destitución de Pichi Lucas, pero tras jugar ante Guijuelo y Leonesa volvió de nuevo al banquillo. Ahora, el gaditano ha logrado disputar cinco partidos consecutivos como titular, algo que muchos pedían para comprobar si podía dar el mismo rendimiento que está ofreciendo en los entrenamientos, y lo cierto es que el equipo está notando su aportación.
En el lado opuesto a Nano está Manu_Busto. El cántabro se quedó la pasada jornada, por primera vez, sin jugar desde que llegó la pasada temporada al Oviedo. De los 26 partidos que se llevan disputados, Manu Busto fue titular en 21, mientras que en cuatro salió desde el banquillo. Ante el Éibar fue suplente y no disputó ni un minuto. La pasada temporada en los 38 partidos de la Liga regular Busto se perdió tres, dos por lesión y uno por sanción. En los 35 restantes, fue titular en 32, saliendo desde el banquilo en tres encuentros. Fue la apuesta del Oviedo y su rendimiento no pudo ser mejor, en juego y goles.
Actualmente, la situación de Manu Busto ha sufrido un vuelco total. El centrocampista, como demostró la pasada temporada, es un futbolista al que le cuestan los inicios de Liga, pero además ha acusado en exceso los continuos cambios en el equipo y en su posición. Su rendimiento baja considerablemente en las bandas y no está cómodo, mientras que como segunda punta apenas ha jugado. Por eso, sigue sin mostrar el nivel del año pasado. De imprescindible ha pasado al banquillo y el Oviedo lo acusa, teniendo en cuenta que es un jugador que por su calidad está llamado a marcar diferencias, como así lo reconoce la práctica totalidad de técnicos de la categoría.
Fuente: ROCF
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