Busto, en el Requexón
Mientras la expedición del Oviedo velaba armas en el hotel Zenit de Pamplona, Manu Busto iniciaba la mañana del pasado domingo de una forma inusual. Junto a López Ramos, Castells y Falcón, el cántabro se ejercitó a las 10.30 a las órdenes de Fredi Valdés sobre el césped del Requexón. La práctica habitual en los no convocados supone una mancha en el inmaculado historial de Manu Busto con el Oviedo. «Desde que llegué aquí nunca me había visto en una situación así. Es decisión del entrenador y hay que respetarla», afirma el cántabro tras una sesión en la que ha vuelto a formar en el equipo de teóricos suplentes.Pocos se imaginaban un desarrollo de los acontecimientos como el actual la temporada pasada. El cántabro fue la pieza sobre la que se sustentó la remontada de los de Pichi Lucas hasta el segundo puesto. De menos a más, Busto terminó la campaña con 2.923 minutos distribuidos en 32 partidos como titular y tres como suplente. Sus cifras anotadoras no se quedaron atrás. El mediapunta finalizó la temporada con 19 tantos, máximo anotador del equipo.
Sus datos esta temporada se han resentido desde el principio. A Busto le costó entrar en calor en la competición. No es novedad. Su primer tanto no llegó hasta la jornada séptima, contra el Peña Sport. Su rendimiento mejoró, pero no ha alcanzado el talento mostrado en la segunda mitad de la temporada pasada. Este año, Busto suma 1.859 minutos –sólo Aulestia, Aitor Sanz y Negredo han disfrutado de más minutos–, tras 20 partidos como titular y cuatro como suplente. Su participación anotadora (siete tantos) le sirve para ser el segundo máximo goleador del Oviedo, igualado con Perona.
Pero su situación ha dado un vuelco con la llegada de Pacheta. El nuevo técnico no le he hecho disputar ningún minuto en sus dos partidos en el banquillo. El burgalés confía plenamente en la calidad del cántabro, sabe que será decisivo cuando el equipo enderece el rumbo, pero ahora sus prioridades son otras. «Pacheta quiere que corramos y apretemos. Me parece algo lógico y normal. Tengo que ponerme las pilas e intentar correr más», explica Busto.
Tampoco el juego del actual Oviedo parece lo más adecuado a las características del atacante. La prioridad por los balones largos y segundas jugadas supone una contradicción con el cántabro sobre el terreno de juego. «Es cierto que jugamos de una forma más directa. En principio no es mi estilo de juego, pero si tengo que acoplarme a lo que exija Pacheta lo haré sin problemas», apunta. E incide en sus nuevas funciones en el sistema: «Con otros entrenadores bajaba a recibir y jugaba más fácil. Ahora Pacheta quiere que apretemos más y juguemos más directo. Ahora mismo lo importante es ganar, no sirve el toque. Ojalá tenga minutos contra el Bilbao Athletic. Habrá que correr más y ganarse el puesto».
La visita de un filial al Tartiere parece una ocasión propicia para volver a disfrutar del talento de Busto. El cántabro acepta la situación y espera su oportunidad. Será Pacheta el que tenga la última palabra.
Manu Busto
Fuente: lne
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