viernes, 11 de marzo de 2011

Un esguince de rodilla deja a Miguel K.O. un mes

«Me esperaba una lesión peor», explica aliviado el delantero tras conocer el diagnóstico

Miguel saluda a Pacheta tras ser sustituido
La sensación de Miguel al término de la exploración del ayer era agridulce. Lesionarse es para cualquier futbolista el peor enemigo. Imposibles de prever, las lesiones nunca llegan en un momento oportuno. Sin embargo, la impresión de Miguel no era tan negativa como en anteriores contratiempos.

«Me esperaba lo peor. Incluso el médico no las tenía todas consigo, pero afortunadamente no es tan grave como pensaba», explica el propio Miguel al final de una intensa mañana. Precisamente sobre el césped del Requexón, el estado de Miguel fue lo primero que Pacheta comunicó a sus pupilos.

Las exploraciones revelan que sufre un esguince del ligamento lateral interno de la rodilla derecha. Afortunadamente, no existe rotura. «Podía haber sido peor. Nunca había tenido ningún problema en la rodilla pero la gente que sí había sufrido una lesión había tenido síntomas similares. Cuando el defensa del Bilbao Athletic se cayó encima de mí sentí un pinchazo en la rodilla y estuve diez minutos que no me respondía», recuerda el delantero.

El esguince supone un nuevo revés en la accidentada carrera del ariete en el Oviedo. Ya le ocurrió algo similar en la temporada pasada. Habitual en el once del Oviedo, Miguel se cayó del equipo por culpa de una lesión el 18 de octubre en el Tartiere. Tres días después del golpe fue operado de urgencia en el Hospital Central de Asturias por una afección de las vías urinarias y una doble contusión en el riñón. Estuvo ocho jornadas ausente del equipo por la lesión. Cuando volvió no llegó a encontrar el ritmo de competición adecuado. Antes de la lesión, Miguel acumulaba ocho titularidades en nueve partidos. Después, sólo sumó otras cuatro hasta el final de la temporada.

Ahora los servicios médicos estiman que permanecerá de baja entre cuatro y seis semanas. «Soy optimista, creo que puedo acortar los plazos», matiza el afectado. Al igual que la lesión de la temporada pasada, su dolencia en la rodilla llega cuando su titularidad parecía asegurada. «Estoy más contento que disgustado por el resultado de las pruebas, pero da un poco de rabia que pase ahora que estaba gozando de minutos. Al menos, el equipo mejora poco a poco y no tengo una lesión grave», sentencia Miguel en un ejercicio de optimismo.

Fuente: lne

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