Víctor Díaz y Carlos Álvarez disputan un balón
El Caudal pareció dejar atrás los fantasmas tras el paso por los vestuarios. El comienzo del segundo acto permitió saborear los mejores minutos locales. Creció Invernón en la elaboración y se benefició el desborde de Jorge. La reacción tuvo algo de efervescencia: consumidos cinco minutos, el Caudal volvió a perder la animosidad.Los de Paco tendrán al menos derecho de queja ante la actuación arbitral. El asistente de Bikandi Garrido anuló un tanto de Jorge en el minuto 60 por un fuera de juego inexistente. Con el paso de los minutos el Oviedo fue sintiéndose más cómodo al contragolpe. No es la primera vez que pasa con Pacheta en el banquillo. La velocidad en las alas y sangre fresca arriba –Perona y Jandro habían salido desde el banquillo– ayudan a sumarse a la propuesta.
Rozando la media hora, Castells avisó de lo que vendría desde fuera del área. La sentencia llevó la firma de Xavi Moré, futbolista con duende en el tramo final de campaña. El extremo continuó su cruzada de la semana pasada contras las telas de araña limpiando la que descansaba en la escuadra derecha de Segura.
Paco intentó una nueva vuelta de tuerca moviendo el banquillo. Nacho Méndez y Carlos Álvarez añadieron mordiente, pero la renta desfavorable fue una rémora demasiado pesada. Con todo, el Caudal pudo recortar distancias al filo del final, pero Aulestia evitó el último gesto de confraternización con una estirada estética.
La escalada sin objetivos de Pacheta deja así una víctima más en el camino. En este caso, asturiana y amiga. El Caudal se sitúa ahora en una posición complicada. Las tres finales restantes decidirán si la visita oviedista será recordada como un pequeño agravio o como una ofensa mayor.
Fuente: lne-propias
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