Toño García se marca mayo como fecha para encontrar comprador del Oviedo, mientras Ricardo Rodríguez, Castillo y Concejo se sumarían al plan
El varapalo tampoco tumbará a Toño García. Secadas las lágrimas de la decepción, el empresario mexicano se ha puesto manos a la obra para intentar dar un nueva vuelta de tuerca a su proyecto oviedista. La empresa pesa demasiado en el aspecto sentimental como para ser abandonada ante el primer obstáculo. Toño García se fija ahora el mes de mayo, final de la competición, como fecha para buscar un comprador del paquete accionarial del Oviedo.
No estará sólo en la aventura. Le acompañan los protagonistas elegidos por Pegaso para capitanear el frustrado proyecto azul. Ricardo Rodríguez, llamado a ocupar el puesto de entrenador, Antonio Castillo, secretario técnico, y Joaquín Concejo, representante del grupo empresarial durante las negociaciones, mantienen firme su propósito de acabar en el club azul.
La pelota está ahora en el tejado de Toño García, motor que impulsa el proceso. El empresario mexicano contará con algo más de tiempo para formar un proyecto ambicioso. La idea del mexicano es volver a la carga al final de temporada. Hasta mayo o junio, el empresario buscará las ayudas necesarias para llegar al Oviedo con garantías.
El compás de espera hasta que mejore la perspectiva no impedirá el trabajo en todos los frentes. El principal afectado por la ruptura de las negociaciones entre Pegaso y Alberto González fue Ricardo Rodríguez. El llamado a ocupar el puesto de entrenador de la primera plantilla azul acogió la noticia con decepción. El paso de las horas ha servido como bálsamo para Rodríguez, que no abandona su sueño de entrenar al Oviedo.
La prioridad ahora pasa por el elemento económico. Ricardo Rodríguez, no obstante, seguirá hasta final de temporada pendiente del análisis deportivo. El técnico no olvidará la labor de seguimiento de jugadores y posibles incorporaciones por si se produce el traspaso accionarial.
El asturiano mantiene su apuesta en firme por Antonio Castillo. El secretario técnico se sumaría al proyecto azul siempre que en las próximas fechas no le llegue una oferta irrechazable. «Para los directores deportivos los próximos meses son críticos», comenta Castillo; «soy un profesional y vivo de esto por lo que escucharía ofertas, pero tendría que ser una proposición muy jugosa para hacerme desistir en la idea de llegar al Oviedo».
Tan sólo una oferta suculenta para un cargo importante en un club de Primera o la dirección deportiva en un equipo de Segunda le harían aceptar la propuesta. «Nunca aceptaría una oferta más generosa en el plano económico porque no es un aspecto que valore. Prefiero fijarme en cosas que sí me ofrece el Oviedo, como una masa social importante y unas grandes oportunidades de mejora», asegura Castillo.
En un plano similar a los otros integrantes del proyecto se sitúa Joaquín Concejo. El gijonés también ha sufrido la tensión de las últimas semanas. Elegido por Pegaso como enlace de la operación antes de que Alberto González decidiera desplazarse a México para intentar acelerar las operaciones, a Concejo le ha tocado asistir al fin de las mismas desde la distancia.
Joaquín Concejo fue contratado en su momento por Pegaso, por lo que la renuncia del grupo empresarial a cerrar la operación podría suponer su desvinculación del asunto. Sin embargo, la relación que le une a Toño García (principal causante de que fuera la persona elegida para representar a Pegaso) le obliga a no perder de vista totalmente de lo que pueda ocurrir en el futuro.
Si en algo coinciden las tres personas elegidas por Pegaso para encabezar el nuevo proyecto azul es que ahora todo depende de lo que Toño García pueda lograr. Las labores deportiva y administrativa quedan relegadas a un segundo plano ante la necesidad de encontrar un inversor dispuesto a facilitar el acceso de Toño García al club de sus amores.
Posponer el acuerdo con Alberto González también puede presentar aspectos positivos para un posible comprador. Una de las claves en la quiebra de las negociaciones fue el riesgo de asumir los gastos del club hasta junio. Alberto González puso como condición indispensable que los compradores se hicieran cargo de los pagos existentes. Para cuadrar el presupuesto, González garantizó que el dinero que se obtendrá de la sentencia de la Caixa sería suficiente, pero Pegaso prefirió no arriesgarse.
En junio este problema desaparecerá. Esa es la razón por la que Toño García no descarta que Burillo y sus hombres puedan retomar el asunto. En el caso de que Pegaso no cambiara de opinión (el grupo mexicano tenía además sobre la mesa una propuesta para invertir en el Chivas USA, de la Liga norteamericana), García busca otras alternativas.
En este momento, la opción que gana más enteros es la de Mohamed Samir Morales Álvarez, presidente del Veracruz mexicano. Toño García concertó en México un encuentro entre Alberto González y el propio Mohamed Morales para entablar relaciones de cara a una posible venta de las acciones. Toño García no parece dispuesto a tirar la toalla y buscará otras posibles fuentes de inversión antes de acometer un nuevo intento de alcanzar el accionariado.
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