Xavi Moré centra el balón rodeado de jugadores del Peña Sport
Al final va a resultar que el fútbol es mucho más sencillo que lo que muchos pensaban. No hacía falta descifrar la fórmula de la Coca-Cola para ver al Oviedo como un equipo competitivo este año. Simplemente buenas dosis de entrega, intensidad y concentración sirven para ser merecedor de los tres puntos. Como el fútbol es un juego de detalles, la recompensa de los de Pacheta sólo fue de un punto de su visita a Tafalla.Detalles como el despiste en el gol local. O como que un cabezazo de Rubiato se estrellara en el palo en el minuto 90. O algo más que detalles cuando la incapacidad arbitral escatima un gol totalmente legal en la primera mitad, otra vez con la cabeza de Rubiato como ariete ofensivo. Detalles, en fin, que alejan al equipo del objetivo de los tres puntos pero que no desvirtúan la imagen de un equipo preparado para la pelea sea cual sea el escenario.
Por si alguien se lo está preguntando todavía, fútbol hubo muy poco. El juego obedeció más a una sucesión de jugadas aisladas que a una trama elaborada. Y es que en San Francisco no sólo apareció el Peña Sport con adversario. Le acompañaba un terreno de juego con bote irregular y un viento traicionero. Razones suficientes para que el Oviedo de anteriores visitas se hubiera venido abajo.
El equipo de Pacheta tardó menos de un minuto en mostrar sus credenciales. Cuarenta y ocho segundos para ser más exactos. La jugada obedece al guión más característico del nuevo técnico. Balón recuperado en posiciones ofensivas, pase al hueco de Aitor Sanz y Rubiato acaba con un derechazo al que sólo le faltó precisión. Tras el impulso inicial, el Peña Sport mostró que se adaptaba mejor a las condiciones ya descritas. El mazazo local llegó de una forma que duele especialmente, a balón parado. Un centro al primer palo en un saque de esquina mediada la primera mitad dejó en evidencia a la defensa zonal de los oviedistas. Barrena cabeceó sin apenas oposición.
Al contrario que ha ocurrido hasta ahora, el equipo no se descompuso. Apretó al Peña Sport hasta lograr el tanto en un buen remate de Rubiato a centro de Juanma. El árbitro anuló el gol a instancias de su juez de línea(Otro ciego de esos que arbitra al Real Oviedo). El propio asistente tuvo que explicarle al delantero azul que había señalado fuera de juego en el camino a los vestuarios. Un ejemplo del desconcierto ante la decisión arbitral.
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Fuente: lne-Marea Azul
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